Tal vez, por la visión sionista que siempre hizo hincapié en la visión nacionalsocialista de Adolf Hitler, o tal vez porque fue el único líder realmente existente en un Estado Nacionalsocialista, la figura de Adolf Hitler ha pasado a la posteridad tras el derrumbe del III Reich como la del gran guía de los nacionalsocialistas.
Adolf Hitler fue el impulsor de una serie de sucesos que dieron final de manera implacable con la línea más revolucionaria y anti burguesa del NSDAP durante La noche de los cuchillos largos.
Muchos nacionalsocialistas realmente hitlerianos han adoptado como propia la postura que los hermanos Otto y Gregor Strasser trataron de implantar en el NSDAP, sin embargo, ésta es del todo incompatible en esencia con la vía en la que finalmente desembocó el nacionalsocialismo dominado por la mente enfermiza y capitalista de Adolf Hitler, de esto habló muy a fondo Otto Strasser en su magnífico libro Hitler and I (1940).
Lo que los hermanos Strasser aspiraban a lograr es el desarrollo de un socialismo alemán no marxista, con valores anticapitalistas, y anti sionistas además de nacionalistas.
Este proyecto se enfrentó de lleno con los objetivos de Adolf Hitler, aupado dentro del NSDAP por la burguesía de los Krupp y la aristocracia alemana.
Ni siquiera la propia élite del NSDAP tomaba en serio y soportaba la verborrea interminable de Adolf Hitler durante su estancia en prisión, algo que detalla Otto Strasser en Hitler and I:
Sobre los posibles lectores del Mein Kampf entre el círculo dirigente del Partido Nazi hay una buena anécdota en Otto Strasser que puede resultar muy ilustrativa:
Tuvo lugar en el Congreso del Partido Nazi en Nuremberg en 1927. Hacía dos años y medio que era miembro del Partido, y presenté el informe anual. En el proceso cité unas cuantas frases de Mein Kampf, y esto causó una cierta sensación.
Esa noche, cenando con varios colegas, Feder, Kaufmann, Koch, y otros, me preguntaron si había leído realmente el libro, con el cual ninguno de ellos parecía estar familiarizado. Admití haber citado algunos pasajes importantes sin preocuparme demasiado del contexto. Esto causó una diversión general y se acordó que la primera persona que se uniera a nosotros y que hubiera leído Mein Kampf pagaría la cuenta de todos. La respuesta de Gregor cuando llegó fue un rotundo “No”, Goebbels movió su cabeza con aire de culpabilidad, Goering se echó a reír a carcajadas, y el conde Reventlov se excusó sobre la base de que no había tenido tiempo.
Nadie había leído Mein Kampf, así que todo el mundo tuvo que pagar su propia cuenta.] Otto Strasser, Hitler and I (Boston: Houghton Mifflin Company, 1940), pp. 57-58.
En realidad, existen incluso serias dudas de que el propio Hitler lo leyera en su versión publicada en su totalidad. El Padre Staempfle, según cuenta Otto Strasser (p. 57), se pasó meses corrigiendo y eliminando los excesos e inexactitudes de Hitler, y quizás por ello fue asesinado años más tarde durante la “Noche de los Cuchillos Largos”.
Los compañeros de Hitler en la cárcel de Landsberg, en la planta baja, llevaban su falta de libertad con todo lujo de comodidades y, en este sentido, eran felices salvo [por la desafortunada tendencia “del hombre de la primera planta”] de hacer discursos interminables. No es difícil imaginar, pues, que las verborreas de Hitler eran lo que más molestaba a sus compañeros golpistas de prisión. Otto cuenta que, para evitar estas letanías, los de abajo propusieron a Hitler que escribiera sus memorias, y Gregor, el hermano de Otto, fue el prisionero encargado de convencer, con éxito, a Hitler. Escuchar los discursos de Hitler en prisión debía ser un tormento añadido para sus conmilitones.
Por supuesto que Gregor Strasser y su hermano no eran marxistas, pero tampoco eran capitalistas enfermizos, como Hitler.
Como es de conocimiento común, Gregor cayó víctima de la venganza de Hitler a raíz de la Noche de los Cuchillos Largos de 30 de junio de 1934, y no pudo escribir pots-factum. Pero su hermano Otto escribió varias obras.
Otto fue recomendado dos veces para la Orden Militar Max Josef, por sus acciones en la IGM (donde se batió bravamente, recibiendo la Cruz de Hierro y acabando como oficial -teniente-), lo que de haber sido atendido le hubiera valido la distinción de Ritter (Caballero).
En su libro Germany Tomorrow (1940), Otto también se refiere a la cuestión anti sionista. En esta cuestión habría que matizar la posición de Otto Strasser con respecto a la filosofía nacionalsocialista encabezada por Adolf Hitler. Para los partidarios de éste, el anti sionismo estaba basado en concepciones raciales difícilmente compatibles con una solución pacífica. Para Otto Strasser, el anti sionismo no era un problema esencial de la ideología nacionalsocialista, es decir, no hizo de este tema eje de su concepción ideológica. No debería extrañarnos que en un partido como el NSDAP existieran diversas corrientes de pensamiento, existían también en el KPD o el SPD. Ser anti sionista, o proponer al menos una solución a este tema no sólo era patrimonio de los nazis, ya algunos socialistas y comunistas (como Stalin) también emitían ciertos prejuicios sobre el sionismo basados sobre todo en cuestiones relacionadas con el capitalismo. Otto Strasser podría incluirse entre los consideraban el anti sionismo desde posiciones más ligadas al tema económico (anti capitalismo) que a cuestiones puramente raciales.
Gregor Strasser ya conoció pronto las intenciones capitalistas de Hitler, que utilizó el anti sionismo para encubrir sus ansias de un Imperio Alemán, y para construir ese Imperio, debía de encontrar apoyo y financiación entre la burguesía alemana y su aristocracia; precisamente los mismos parásitos que apoyan el capitalismo, producto sionista.
Es así que el 8 de diciembre de 1932, siete semanas antes de que Hitler fuera nombrado Canciller de la República, Gregor Strasser es entonces el hombre más influyente en el NSDAP después del Führer, enviaba una carta de dimisión de todos sus cargos en la dirección del partido. Así es como Strasser lanzaba a Hitler una acusación cuyo carácter profético habría de ser uno de los primeros en corroborar con su propia vida. A continuación un extracto de la carta:
“Tengo el derecho a decir que el NSDAP, según mi punto de vista no es solo un movimiento ideológico en proceso de conversión en una religión, sino un movimiento de combate que debe reforzar su poder en el Estado en cada oportunidad en qu8e disponga, a fin de hacer posible al Estado realizar sus tareas nacionalsocialistas y consumar el socialismo alemán con todas sus consecuencias. La confrontación brutal con el marxismo no puede ser y no puede permanecer como el centro de nuestra tarea política interna. Más bien, creo qued el gran problema de este tiempo es la creación de un gran frente de trabajadores y su integración en un Estado de nuevo tipo. La esperanza monotemática de que el caos conducirá a la realización del destino del partido es, según creo, errónea, peligrosa, y sin interés para el conjunto de Alemania. En todas estas cuestiones, su punto de vista es diferente del mío, lo cual hace que mi posición como miembro del parlamento y portavoz se haya hecho insostenible. Saco las necesarias conclusiones de este hecho. Durante toda mi vida no he sido nada distinto a un nacionalsocialista y no lo seré. Por eso regreso a la base del partido, dejando el campo libre para sus consejeros, a fin de que puedan asesorarle con éxito sobre el terreno en este momento.
Gregor Strasser, al presentar su carta de renuncia al partido, sabía que su deserción habría de tomarse dentro del partido y en las instancias de la opinión pública como un paso más del declive de la organización nazi, el cual tuvo un trágico final a manos de la Gestapo en junio de 1934.
Para Strasser, el nacionalsocialismo pasaba a entenderse como el nacionalismo, tratándose de expresiones distintas de una misma realidad, absolutamente inseparables. Es posible que la intención de Gregor Strasser fuera construir una nueva organización que le permitiera desembarazarse de algunos personajes como Esser o Streicher, de quienes pensaba que cuya calidad personal y política consideraba de escasa valía para formar un partido de carácter nacional.
Existe un incidente entre Strasser y Hitler en el cual se señala que estuvieron a punto de llegar a las manos, el cual ocurrió en la Conferencia de Bamberg, el cual luego de cuatro horas de intervención del Führer, Strasser había señalado que había tenido que compartir aquella tarde en compañía de cerdos.
Fuente: Todos los hombres del Führer de Ferrán Gallego, colección Debate, Editorial Random, primera edición.
Gregor fue el principal responsable de la expansión del NSDAP fuera de Baviera, principalmente en el norte y oeste de Alemania, a partir de su refundación. Entre 1924 y 1926, las diferencias entre lo que algunos han llamado la facción norte y la facción sur del NSDAP fueron acentuándose debido a esa visión más social revolucionaria del nazismo que representaba, principalmente, Gregor Strasser (y de la que, por ejemplo, Goebbels formaba parte). Las cosas fueron puestas en su sitio por Hitler en una convención de líderes regionales del partido en Bamberg, en febrero de 1926: Hitler dejó claro en qué dirección iba el partido, que no era precisamente la que levaba a mirarse en el espejo de Rusia. Sin embargo, la difusa propuesta de Strasser siguió ofreciéndose por el norte del país durante unos pocos años más, hasta que se dio aquel penoso resultado del NSDAP en las elecciones de 1928. Entonces, Gregor cambió su orientación, cosa que -entre otros hechos- demuestra el que no siguiera a su hermano Otto cuando este, en 1930, rompió con Hitler. En los años sucesivos, Gregor se ganaría cierta reputación como político nacional entre los líderes del amplio abanico de la derecha política alemana.
Adolf Hitler fue el impulsor de una serie de sucesos que dieron final de manera implacable con la línea más revolucionaria y anti burguesa del NSDAP durante La noche de los cuchillos largos.
Muchos nacionalsocialistas realmente hitlerianos han adoptado como propia la postura que los hermanos Otto y Gregor Strasser trataron de implantar en el NSDAP, sin embargo, ésta es del todo incompatible en esencia con la vía en la que finalmente desembocó el nacionalsocialismo dominado por la mente enfermiza y capitalista de Adolf Hitler, de esto habló muy a fondo Otto Strasser en su magnífico libro Hitler and I (1940).
Lo que los hermanos Strasser aspiraban a lograr es el desarrollo de un socialismo alemán no marxista, con valores anticapitalistas, y anti sionistas además de nacionalistas.
Este proyecto se enfrentó de lleno con los objetivos de Adolf Hitler, aupado dentro del NSDAP por la burguesía de los Krupp y la aristocracia alemana.
Ni siquiera la propia élite del NSDAP tomaba en serio y soportaba la verborrea interminable de Adolf Hitler durante su estancia en prisión, algo que detalla Otto Strasser en Hitler and I:
Sobre los posibles lectores del Mein Kampf entre el círculo dirigente del Partido Nazi hay una buena anécdota en Otto Strasser que puede resultar muy ilustrativa:
Tuvo lugar en el Congreso del Partido Nazi en Nuremberg en 1927. Hacía dos años y medio que era miembro del Partido, y presenté el informe anual. En el proceso cité unas cuantas frases de Mein Kampf, y esto causó una cierta sensación.
Esa noche, cenando con varios colegas, Feder, Kaufmann, Koch, y otros, me preguntaron si había leído realmente el libro, con el cual ninguno de ellos parecía estar familiarizado. Admití haber citado algunos pasajes importantes sin preocuparme demasiado del contexto. Esto causó una diversión general y se acordó que la primera persona que se uniera a nosotros y que hubiera leído Mein Kampf pagaría la cuenta de todos. La respuesta de Gregor cuando llegó fue un rotundo “No”, Goebbels movió su cabeza con aire de culpabilidad, Goering se echó a reír a carcajadas, y el conde Reventlov se excusó sobre la base de que no había tenido tiempo.
Nadie había leído Mein Kampf, así que todo el mundo tuvo que pagar su propia cuenta.] Otto Strasser, Hitler and I (Boston: Houghton Mifflin Company, 1940), pp. 57-58.
En realidad, existen incluso serias dudas de que el propio Hitler lo leyera en su versión publicada en su totalidad. El Padre Staempfle, según cuenta Otto Strasser (p. 57), se pasó meses corrigiendo y eliminando los excesos e inexactitudes de Hitler, y quizás por ello fue asesinado años más tarde durante la “Noche de los Cuchillos Largos”.
Los compañeros de Hitler en la cárcel de Landsberg, en la planta baja, llevaban su falta de libertad con todo lujo de comodidades y, en este sentido, eran felices salvo [por la desafortunada tendencia “del hombre de la primera planta”] de hacer discursos interminables. No es difícil imaginar, pues, que las verborreas de Hitler eran lo que más molestaba a sus compañeros golpistas de prisión. Otto cuenta que, para evitar estas letanías, los de abajo propusieron a Hitler que escribiera sus memorias, y Gregor, el hermano de Otto, fue el prisionero encargado de convencer, con éxito, a Hitler. Escuchar los discursos de Hitler en prisión debía ser un tormento añadido para sus conmilitones.
Por supuesto que Gregor Strasser y su hermano no eran marxistas, pero tampoco eran capitalistas enfermizos, como Hitler.
Como es de conocimiento común, Gregor cayó víctima de la venganza de Hitler a raíz de la Noche de los Cuchillos Largos de 30 de junio de 1934, y no pudo escribir pots-factum. Pero su hermano Otto escribió varias obras.
Otto fue recomendado dos veces para la Orden Militar Max Josef, por sus acciones en la IGM (donde se batió bravamente, recibiendo la Cruz de Hierro y acabando como oficial -teniente-), lo que de haber sido atendido le hubiera valido la distinción de Ritter (Caballero).
En su libro Germany Tomorrow (1940), Otto también se refiere a la cuestión anti sionista. En esta cuestión habría que matizar la posición de Otto Strasser con respecto a la filosofía nacionalsocialista encabezada por Adolf Hitler. Para los partidarios de éste, el anti sionismo estaba basado en concepciones raciales difícilmente compatibles con una solución pacífica. Para Otto Strasser, el anti sionismo no era un problema esencial de la ideología nacionalsocialista, es decir, no hizo de este tema eje de su concepción ideológica. No debería extrañarnos que en un partido como el NSDAP existieran diversas corrientes de pensamiento, existían también en el KPD o el SPD. Ser anti sionista, o proponer al menos una solución a este tema no sólo era patrimonio de los nazis, ya algunos socialistas y comunistas (como Stalin) también emitían ciertos prejuicios sobre el sionismo basados sobre todo en cuestiones relacionadas con el capitalismo. Otto Strasser podría incluirse entre los consideraban el anti sionismo desde posiciones más ligadas al tema económico (anti capitalismo) que a cuestiones puramente raciales.
Gregor Strasser ya conoció pronto las intenciones capitalistas de Hitler, que utilizó el anti sionismo para encubrir sus ansias de un Imperio Alemán, y para construir ese Imperio, debía de encontrar apoyo y financiación entre la burguesía alemana y su aristocracia; precisamente los mismos parásitos que apoyan el capitalismo, producto sionista.
Es así que el 8 de diciembre de 1932, siete semanas antes de que Hitler fuera nombrado Canciller de la República, Gregor Strasser es entonces el hombre más influyente en el NSDAP después del Führer, enviaba una carta de dimisión de todos sus cargos en la dirección del partido. Así es como Strasser lanzaba a Hitler una acusación cuyo carácter profético habría de ser uno de los primeros en corroborar con su propia vida. A continuación un extracto de la carta:
“Tengo el derecho a decir que el NSDAP, según mi punto de vista no es solo un movimiento ideológico en proceso de conversión en una religión, sino un movimiento de combate que debe reforzar su poder en el Estado en cada oportunidad en qu8e disponga, a fin de hacer posible al Estado realizar sus tareas nacionalsocialistas y consumar el socialismo alemán con todas sus consecuencias. La confrontación brutal con el marxismo no puede ser y no puede permanecer como el centro de nuestra tarea política interna. Más bien, creo qued el gran problema de este tiempo es la creación de un gran frente de trabajadores y su integración en un Estado de nuevo tipo. La esperanza monotemática de que el caos conducirá a la realización del destino del partido es, según creo, errónea, peligrosa, y sin interés para el conjunto de Alemania. En todas estas cuestiones, su punto de vista es diferente del mío, lo cual hace que mi posición como miembro del parlamento y portavoz se haya hecho insostenible. Saco las necesarias conclusiones de este hecho. Durante toda mi vida no he sido nada distinto a un nacionalsocialista y no lo seré. Por eso regreso a la base del partido, dejando el campo libre para sus consejeros, a fin de que puedan asesorarle con éxito sobre el terreno en este momento.
Gregor Strasser, al presentar su carta de renuncia al partido, sabía que su deserción habría de tomarse dentro del partido y en las instancias de la opinión pública como un paso más del declive de la organización nazi, el cual tuvo un trágico final a manos de la Gestapo en junio de 1934.
Para Strasser, el nacionalsocialismo pasaba a entenderse como el nacionalismo, tratándose de expresiones distintas de una misma realidad, absolutamente inseparables. Es posible que la intención de Gregor Strasser fuera construir una nueva organización que le permitiera desembarazarse de algunos personajes como Esser o Streicher, de quienes pensaba que cuya calidad personal y política consideraba de escasa valía para formar un partido de carácter nacional.
Existe un incidente entre Strasser y Hitler en el cual se señala que estuvieron a punto de llegar a las manos, el cual ocurrió en la Conferencia de Bamberg, el cual luego de cuatro horas de intervención del Führer, Strasser había señalado que había tenido que compartir aquella tarde en compañía de cerdos.
Fuente: Todos los hombres del Führer de Ferrán Gallego, colección Debate, Editorial Random, primera edición.
Gregor fue el principal responsable de la expansión del NSDAP fuera de Baviera, principalmente en el norte y oeste de Alemania, a partir de su refundación. Entre 1924 y 1926, las diferencias entre lo que algunos han llamado la facción norte y la facción sur del NSDAP fueron acentuándose debido a esa visión más social revolucionaria del nazismo que representaba, principalmente, Gregor Strasser (y de la que, por ejemplo, Goebbels formaba parte). Las cosas fueron puestas en su sitio por Hitler en una convención de líderes regionales del partido en Bamberg, en febrero de 1926: Hitler dejó claro en qué dirección iba el partido, que no era precisamente la que levaba a mirarse en el espejo de Rusia. Sin embargo, la difusa propuesta de Strasser siguió ofreciéndose por el norte del país durante unos pocos años más, hasta que se dio aquel penoso resultado del NSDAP en las elecciones de 1928. Entonces, Gregor cambió su orientación, cosa que -entre otros hechos- demuestra el que no siguiera a su hermano Otto cuando este, en 1930, rompió con Hitler. En los años sucesivos, Gregor se ganaría cierta reputación como político nacional entre los líderes del amplio abanico de la derecha política alemana.